
08 Feb Dra. Rosario Torres Herrera: “Entre las personas que estábamos en primera línea había miedo, y no solo por nosotros sino por nuestras familias”
“Mi profesión me encanta y creo que todo el que se dedica a la Medicina tiene que tener vocación porque si no, no tiene sentido”. Las urgencias pueden llegar a ser muy duras, y más en esta época que nos ha tocado vivir, pero la doctora Torres no las cambia por nada. “Es un sitio en el que aprendes mucho, tienes que ir reciclándote continuamente, y estar al día. Ahí sigo, contenta”.
¿Cuándo oyó por primera vez el término coronavirus? ¿Cómo vivió las primeras semanas tras detectarse los primeros casos?
El término ya lo conocía, se conocen coronavirus endémicos y epidémicos desde hace tiempo, responsables desde un resfriado común hasta el síndrome respiratorio severo agudo (SARS-CoV). Del coronavirus SARS-CoV-2 y de la enfermedad COVID-19 empezamos a oír a hablar a principios de febrero como algo muy lejano. Al detectarse los primeros casos estaba muy tranquila; todos los datos apuntaban a que se iba a quedar en su origen, en China.
¿Cómo recuerda los días previos al estado de alarma?
La situación previa al estado de alarma cambió drásticamente. Mucha tensión, nerviosismo, mucho revuelo. Se detectaron más casos en Italia y lo veíamos más cerca. Había muchas preguntas que nos hacíamos entre los compañeros y al Servicio de Preventiva, preguntas que no tenían respuesta. Estábamos perdidos.
¿Cuál es el periodo más crítico que recuerda?
El periodo más crítico fue desde el estado de alarma hasta Semana Santa. Lo que peor recuerdo es el último fin de semana de marzo que fue caótico. No había sitio para los pacientes, no había material, no había sitio para los fallecidos. En ese fin de semana me tocó estar con pacientes menos graves, estaban todos en sillones, con mascarillas, y nunca olvidaré esa mirada de pánico, estaban pendientes de ingresar y tenían miedo. Todo lleno de pacientes y sin embargo un silencio sepulcral, me afectó muchísimo. En ese momento, con pacientes menos graves, te daba tiempo a mirarlos a la cara… me impactó mucho. No se me olvida.
El impacto psicológico debió ser brutal entre los miembros de su equipo, el agotamiento físico, la falta de medios, el dolor de ver a personas sufrir… morir…
El impacto psicológico
no se puede describir con palabras. El agotamiento físico existía. Eran turnos largos, trabajabas, te ibas a casa a dormir, volvías a trabajar, te ibas recuperando… Pero el psicológico era brutal. Lo que pasa es que en esos momentos tampoco te dabas cuenta, no lo pensabas, el impacto vino después. La carga de trabajo aumentó mucho, no solo por la saturación de pacientes sino porque hubo un momento en que teníamos hasta quince compañeros de baja a la vez. Pero bueno, tuvimos mucho apoyo entre nosotros que nos ayudó a ir tirando día a día. Nos apañamos como pudimos y todo el mundo colaboró mucho.
Es una de las situaciones más difíciles por las que ha atravesado la Sanidad provincial. ¿Qué déficit ha detectado?
Sobre todo falta de material y de protección, y falta de previsión ante esa situación, de coordinación y de información. Probablemente, porque en ese momento nadie tenía nada claro. Eso generaba mucha incertidumbre entre el personal. Entre las personas que estábamos en primera línea había miedo, y no solo por nosotros sino por nuestras familias; al fin y al cabo nosotros somos sanitarios y estamos expuesto a muchas enfermedades infecto contagiosas. Pero esto fue como una explosión de gente enferma. Yo me separé de mi familia, tengo tres hijos, porque afortunadamente mi marido teletrabajaba y podía ocuparse de ellos, y eso mitigó mucho el miedo. Trabajar y descansar, trabajar y descansar, pero la gente que tenía que volver a casa…eso también se vivía con mucha tensión.
Urgencias siempre ha sido uno de los servicios con más actividad pero la pandemia lo desbordó. ¿Cómo era un día a día en Urgencias en los días críticos? ¿En qué momento la Covid se convirtió en la máxima prioridad?
Como he comentado, hemos llegado a tener hasta quince compañeros de baja a la vez. Unos mejoraban, otros se daban de baja… Un día en Urgencias era muy difícil. Hacíamos cambios de turno que eran de nueve de la mañana a nueve de la noche y al revés. Nos contábamos las novedades de los pacientes más graves y nos poníamos en marcha. Había muchos nuevos pacientes que ver, y seguían llegando, no dábamos abasto. Pasábamos el turno corriendo de un lado para otro y haciendo lo que podíamos. No había otra.
Nos pilló a todos por sorpresa, ¿qué se hizo bien y qué se podía haber mejorado en la gestión de esta crisis?
La semana del 2 al 8 de marzo nada, pero la semana siguiente, del 9 al 15 se intuía lo que se venía encima. Dentro de lo que se pudo y lo que se sabía, se intentó hacer lo mejor posible. Cambiábamos la organización y ubicación de los pacientes por horas, según iba aumentando la demanda de pacientes con sospecha de Covid. En ese momento no teníamos ni test. No sólo fue la prioridad, sino que prácticamente todos los pacientes que llegaron tenían clínicas compatibles con coronavirus.
¿Se puede destacar algo positivo de esta pandemia?
La gente se implicó muchísimo, estaba disponible 150% de lo que pudo, cada uno con lo que podía hacer. Todo el mundo colaboró para organizarse y daba ideas para hacerlo lo mejor posible.
¿Piensa que esta crisis puede ayudar a una mejor gestión de los recursos sanitarios?
Sí, hemos aprendido. Nos ha pillado a todos por sorpresa y ha habido errores pero hemos aprendido de ellos. Hay que hacer una evaluación de los resultados para que en un futuro si hay una situación parecida no se vuelvan a cometer.
Se están reclamando más medios, más médicos, pero muchas veces no es lo que queramos es lo que tenemos. Médicos no encuentras, no hay, nuestro jefe intenta contratar más gente y no hay. También es cierto que el hecho de que no se oferten contratos atractivos hace que los profesionales se vayan donde las condiciones laborales son mejores, lógicamente. Sin duda, hay que mejorar los recursos existentes.
Para finalizar, ¿ve el futuro libre de Covid?
Ahora mismo (principios de diciembre) en el hospital la situación no es mala. Creo que en Alcázar de San Juan, como hubo tantísimos casos en la ‘primera ola’ la situación está más controlada.
En zonas donde hubo menos demanda de paciente, ahora están peor, sufriendo lo que sufrimos nosotros en marzo. Aun así, sigue habiendo pacientes, en las UVI’s donde la situación sigue siendo muy crítica porque las estancias con muy largas. En Urgencias están mejor.
A corto plazo no veo el futuro libre de Covid. Ha sido muy duro y a todos nos ha tocado muy de cerca, ha fallecido mucha gente y eso no se puede olvidar. Esto aún tiene recorrido.
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